No voy a descubrirle a nadie el misterio de la vida afirmando que la felicidad no es un estado permanente, sino un conjunto de momentos. Normalmente efímeros y espaciados en el tiempo.
Hoy he experimentado una de esas situaciones y, para variar, me permito el lujo de celebrarlo.
¿Qué es el ser si no lo que cada uno piensa de sí mismo? ¿Qué podemos esperar de nuestras vidas si no hacemos lo que queremos hacer o nos está destinado a hacer? Siempre esperamos a lo que el mundo nos dicta, sin atrevernos a lanzarnos al abismo de la vida, a vivir de una manera verdadera. Siempre estamos cohibidos por la sociedad y reaccionamos como ellos esperan que reaccionemos.
¡Basta ya! Actúa como te venga en gana. Sigue tus instintos. Hay más vida que la de 8 a 5 en la oficina. Eso es como una cárcel, y sólo tú estás reteniéndote ahí. Puedes escapar, es fácil, sólo debes quererlo.
Actúa, escapa, VIVE.